– Cuando compres una tela para hacer sábanas, déjala en remojo toda una noche en agua fría, a la que añadirás dos buenos puñados de sal, o, si lo prefieres, en agua tibia con jabón (disuelve dos gr. de jabón por litro de agua).
Una vez aclarada y seca, la tela habrá perdido su rigidez.
Por otra parte, te durará más al haber evitado quebrar las fibras.
Cuando las laves por primera vez no sobrepases los 60º de temperatura.