Al salmón se le reconoce por su dorso gris azulado manchado de negro y su vientre dorado.
Elige de preferencia pescados enteros, sin perjuicio de que luego los mandes cortar a rodajas o levantar sus filetes en la pescadería.
Los salmones deben ser brillantes y un poco sanguinolentos; desconfía cuando sus colores sean desvaídos.