– Las plantas de hojas aterciopeladas soportan muy mal el agua.
No es posible, por tanto, recurrir a la esponja humedecida o al vaporizador para quitarles el polvo.
En este caso, emplea un secador de pelo (en posición de aire frío), y con el apoyo de un pincel o de una brocha, quita así el polvo de las hojas.