– Para cultivarlas, no tienes más que conseguir algunos huesos de dátil y ponerlos a remojar durante un par o tres de días en agua caliente.
Aprovecha el calor de la calefacción para situar sobre ella un recipiente con agua y sumergir los huesos de dátil.
Pasado este tiempo, plántalos en una maceta y no te impacientes: los huesos pueden tardar hasta tres meses en germinar y, cuando lo hagan, sus hojas no tendrán el aspecto de palmeras.
Sólo cobrarán este aspecto al cabo de unos dos años de desarrollo.