– Prevendrás la aparición de óxido si, tras su uso, y antes de guardarlas, las untas con un poco de aceite de cocina.
– Es importante que tus instrumentos de jardinería se conserven en perfecto estado:
Sumerge las tijeras en un baño de aceite, de modo que cubra tanto las hojas como el muelle. Lo mejor es usar aceite vegetal y ponerlo en un recipiente de plástico. Una botella de plástico, cortada a la medida precisa, es una buena solución.
Hay que quitarle el óxido a la sierra un par de veces al año. Aplícale tela esmeril, que puedes fijar a un soporte de madera para no herirte. Es inevitable que la hoja se oxide, puesto que la linfa es corrosiva.
Es importante que cuando la afiles mantengas el aparato en una posición que respete el ángulo de corte.
Por último, desinfecta las hojas de la tijera con alcohol de 60 a 90º.
– Cómprate un buen par de tijeras para podar; una azada pequeña; un escardador; una regadera de dos litros de pico largo; una regadera de cinco litros; un vaporizador de un litro y una cuerda de raffia. Con todo esto en tu poder podrás empezar la tarea.
– Si quieres que tus herramientas de jardinería te sean verdaderamente útiles, tienes que cuidarlas. Una forma bastante sencilla y barata de hacerlo es llenando de arena una caja y vertiendo en ella el aceite viejo del coche, cuando se cambia. Mezcla bien el aceite con la arena. Cuando termines tus tareas de jardinería, clava la parte metálica de las herramientas en la arena un par o tres de veces. La arena las limpiará de los restos de tierra u hojas y el aceite protegerá el metal.
– Reúne todos tus útiles en un cestillo de mimbre, ligero y práctico, y de esta forma nunca te olvidarás de entrarlo por las noches.