En el ascensor, no des la espalda al resto de sus ocupantes. En el caso de grandes ascensores, generalmente, los de grandes edificios de negocios y grandes almacenes, puede ser imposible no dar la espalda a los demás ocupantes. Las personas se suelen ir colocando en filas, que se van llenando a medida que las personas van entrando. En este caso, si que se dan la espalda muchos de los ocupantes. En el caso de ascensores de menor tamaño, y los de la mayor parte de pequeños edificios y comunidades de vecinos, es más correcto no dar la espalda.
Aunque lleves mucha prisa, no es excusa para que al llegar a la portería te precipites sobre el ascensor y oprimas rápidamente el botón sin esperar a la persona cuyos pasos has oído detrás de tí.
El que baje primero saldrá del ascensor murmurando un saludo general; los demás se apartarán para dejarle salir.
Si vais varios en el ascensor y tú impides una salida fácil, apéate para facilitar la salida.
No retengas el ascensor en tu rellano, dejando la puerta abierta. El ascensor no te pertenece en exclusiva.