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Divorcio de Dmitry Rybolovlev y Elena Rybolovlev. Un divorcio de 4.000 millones de Dólares.

Dmitry Evgenevich Rybolovlev, es un empresario, inversionista y filántropo nacido en Perm, Rusia. Es actualmente el presidente del club de fútbol AS Monaco, equipo que compró en 2011. En 2009 fue colocado en el puesto #79 por Forbes, dentro de la lista de los hombres más ricos del mundo. Su fortuna se encuentra entre las principales de su país.

Nacido en la ciudad industrial de Perm, rápidamente se interesó en la producción. Los padres de Dmitry son médicos, algo que explica sus comienzos en el área de industria medicinal, área aprovechada al desaparecer el bloque soviético. La Perestroika abrió grandes posibilidades a personas con ciertos conocimientos y recursos para enriquecerse velozmente. Esto fue aprovechado con creces por Rybolovlev. Con su ganancia en el área médica expandió sus inversiones a otros sectores, y los resultados fueron fructíferos.

Divorcio de Dmitry Rybolovlev y Elena Rybolovlev

Rybolovlev ha donado importantes sumas de dinero en obras benéficas para la sociedad, especialmente en su país. Apoyó la reconstrucción del Palacio Oranienbaum en San Petersburgo, así también como la Fundación Olímpica Rusa y la restauración del Monasterio Zachatievsky en Moscú. Rybolovlev donó 17,5 millones de euros para la reconstrucción de la Catedral de la Natividad de la Madre de Dios en Moscú. También ha estado involucrado en la restauración del iconostasio de la Catedral de Exaltación de la Cruz recreado en el Monasterio de San Nicolás en Belogorsk.

Residente en una mansión monegasca de “Belle Epoque”, que compró por unos 300 millones de dólares, el dueño del Mónaco se ha hecho famoso por sus excentricidades, entre las que figura la compra de varias islas griegas.

Según la prensa, en medio de la crisis griega, la única heredera del armador griego Aristoteles Onassis, Athina, decidió vender a Rybolovlev la isla de Skorpios, escenario de la boda de su padre con Jacqueline Kennedy.

Divorcio de Dmitry Rybolovlev y Elena Rybolovlev 4 mil millones

En la isla, que según la prensa le costó al multimillonario ruso un desembolso de 100 millones de euros, está enterrado el propio Onassis.

Rybolovlev es considerado uno de los mayores coleccionistas del mundo en piezas de arte de los genios de finales del siglo XIX y principios del XX, como Picasso, Van Gogh o Gauguin, adquisiciones que la han costado varios cientos de millones de dólares.

La pareja estuvo casada durante 23 años, pero de ellos seis estuvieron en proceso de divorcio. Rybolovlev tiene dos hijas, Ekaterina, nacida en 1989, y Anna, nacida en 2001

Se conocieron cuando el estudiaba Medicina en Perm, en los Urales Siberianos, Elena era compañera de Universidad.

Elena Rybolovleva decidió iniciar un ejercicio de relaciones públicas en toda la regla, concediendo una entrevista exclusiva a la prestigiosa revista suiza Bilan. En la extensa charla, la exmédica se presenta como una madre modelo, bien integrada en la sociedad suiza (a diferencia de su marido, según afirma) amante de las artes y de la música clásica. Su vida transcurre entre los festivales de Verbier o Bellerive, que patrocina, y sus clases de tango “con un profesor particular argentino”.

El Divorcio mas caro de la Historia, Dmitry Rybolovlev y Elena Rybolovlev

El magnate deberá pagar a su ex “de forma inmediata y en efectivo” 120 millones de euros, más una pensión trimestral de 370.000. A ello se suma la propiedad de una mansión en el barrio ultra selecto de Cologny, en Ginebra. Elena Ryboloveva conservará la custodia de la hija menor del matrimonio, Anna, de 13 años, y recibirá en propiedad dos chalets en la exclusiva estación de esquí de Gstaad, domicilio habitual de numerosos ricos y famosos. A la mujer, además, le pertenecen numerosas obras de arte “de inmenso valor”.

Rybolovlev decía en una entrevista sobre el inicio de la guerra judicial sobre su divorcio:

“En el momento, fue duro, especialmente porque yo no era el instigador. Una vez pasado el choque, intenté comprender. Sin duda, yo no era el marido ideal, pero nos casamos muy jóvenes, con 20 años, y nos fuimos alejando poco a poco. Mi vida despegó y mi mujer se quedó en la pista Yo viajaba mucho y ella prefería quedarse en Ginebra. Probablemente, yo debería haber pedido el divorcio antes. Si no lo hice es porque, para mí, la familia es sagrada. Los trusts, que mi mujer me reprocha, se crearon mucho antes del divorcio, para garantizar en futuro de nuestros hijos. Se trata de una planificación sucesoria. El colmo es que ahora mi mujer la ha tomado con mis hijas, que deben defenderse contra ella en varios juicios.”

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