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SI, su mente puede controlar su cuerpo.

Compruébelo con el siguiente ejercicio:

Simplemente, piense en que le están por servir una porción de su dulce predilecto, imagine su decoración con crema y frutillas, la textura del bizcochuelo deshaciéndose en su boca, el sabor del almíbar y de los duraznos y el chocolate que la cubre. ¿No se le hace agua la boca con la sola representación de esa escena? Imagine, cuantas veces un conflicto laboral es causante de una úlcera o de ataques cardíacos, la ansiedad, por otra parte, aumenta o disminuye su apetito.

Técnica de la sonrisa: Actúe alegremente y se sentirá alegre, es el axioma de muchos neuropsicólogos y estudiosos de la bioquímica del organismo. La felicidad no solo es un estado de ánimo sino que es una verdadera panacea contra las enfermedades dicen los orientales, que aquella genera en el organismo.

sonrisa

Pensamiento positivo: cuando se piensa que las cosas pueden salir mal, seguramente se obtendrá ese resultado. Los pensamientos derrotistas, pesimistas y de impotencia repercuten directamente en el cuerpo, debilitando sus mecanismos de defensa. El inconsciente no sabe reconocer entre juicios verdaderos o falsos. Por lo tanto, si usted se dice así mismo constantemente que es débil, que todo lo que como le cae mal, que no puede sobreponerse a tal enfermedad, su mente actuará en consecuencia.

La escritora Louise Hay pone énfasis en el valor de las palabras que pronunciamos y en las ideas que mentalizamos. si pronuncias palabras negativas o limitadoras cámbialas. Trabajar con nuestra programación interna significa bucear en el interior de nuestras mentes hasta llegar a convicciones arraigadas y revidarlas.

Introspección: algunos sostienen que pueden existir razones ocultas por las cuales la enfermedad adquiere carácter de recompensa. Cuando se está enfermo se recibe más afecto, más ternura y más comprensión.

introspección

También puede convertirse en una suerte de compañero que llena un vacío, o en un recurso para culpar a alguien de alguna cosa o bien en una excusa para evadir responsabilidades.

Curarse de una enfermedad seria exige responsabilidad, una cuota de esperanza y tomar parte activa en nuestro proceso de curación. Quedarnos pasivos y caer en un estado de desesperación implica una rendición, hemos sido víctimas de las circunstancias. Los pacientes más propensos a una curación son las personas activas y persistentes, que enfrentan la situación con optimismo y como si fuera un desafío. ¿Acaso no conoce usted a alguna persona que se repuso casi milagrosamente cuando los médicos lo habían desahuciado?.

Veamos algunos ejemplos de lo que el poder de su mente puede causar en su cuerpo cuando algún conflicto amenaza en mayor o menor medida su estabilidad psíquica.

ejercicios

Manos: las afecciones en esta parte del cuerpo se relacionan con dificultades en el encauzamiento de la propia vida, con los sentimientos derivados del modo en que éstos nos manejan, con la ausencia o presencia de capacidad para hacer frente a determinadas situaciones y con la posibilidad o no de crear y expresarse.

Piernas: conducen la energía en movimiento hacia el mundo exterior, representan nuestra marcha y dirección así como apoyo, estabilidad y firmeza, nuestra posición en el mundo y cómo nos ven los demás, comunican la capacidad para valerse o no por uno mismo. La tensión en los músculos de las piernas indica la voluntad de sujetarse, por miedo a que si aflojamos la presión caeremos a defraudaremos a alguien. También puede indicar falta de ganas de ir a determinado lugar. Si existe alguna duda sobre la dirección y el movimiento que le damos a nuestra vida las piernas lo harán notar.

Abdomen: Los trastornos en esta zona guardan relación con conflictos y bloqueos entre nosotros y el reato del mundo. Esta es la zona donde percibimos y digerimos la realidad, extraemos lo que nos interesa y eliminamos el resto y liberamos los aspectos personales. Muchas veces nos referimos a alguna tarea desagradable diciendo que no tenemos estómago para realizarla.

Examinemos, entonces, esos problemas de nuestro ser interno y veamos dónde reside el conflicto. Si seguimos produciendo los mismos pensamientos, y presionando la misma zona, el daño se irá incrementando poco a poco. Por el contrario, cuando somos capaces de conectar los mensajes que nos envía nuestro cuerpo. podemos contribuir a la liberación de la fuente del problema.

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