En todo hogar se suscitan situaciones difíciles y aún límites. Sin embargo, las estadísticas indican que todavía hay muchas familias fuertes.
Usted puede convertir la suya, en una de ellas. Existen seis condiciones decisivas para la unión en el hogar.
Entrega: es vital para el éxito de cualquier familia la disposición a dedicar tiempo, energía, alma y corazón, es decir, dedicación. En los núcleos fuertes esta entrega y la fidelidad sexual están íntimamente ligadas. En algunas familias la entrega de sus miembros se ve obstaculizada por el trabajo, con su exigencia de tiempo, atención y energía. Pero, en tanto la productividad laboral durará aun años, la función familiar es para siempre.
Convivencia: Nada hace mas feliz a una familia que realizar las cosas untos. Las familias fuertes pasan mucho tiempo unidas, trabaja, juegan, asisten a ceremonias religiosas, comen juntos. Si bien la calidad del tiempo es importante, también la cantidad ha de ser suficiente.
Aprecio: Las expresiones de afecto entre los miembros de la familia nunca sobran; el beso al despertar y al acostarse, y el cálido abrazo antes de los logros individuales, que se convertirán en los del grupo. Cumplir con el propósito de apreciar lo que se tiene en vez de lamentar aquello que falta.
Comunicación: La comunicación propicia un sentimiento de pertenencia y mitiga las frustraciones con las crisis. Por lo general, requiere tiempo y practica. La buena comunicación implica aclarar malos entendidos. Será muy importante señalar caramente que es lo que nos gusta o deseamos , sin dar lugar al sobreentendido.
Bienestar Espiritual: Podríamos definirlo como un centro afectivo en el interior de cada uno, del cual emana la disposición a compartir el amor y la compresión. Las familias fuertes expresan su espiritualidad en la vida diaria practicando realmente lo que predican, honradez, generosidad y tolerancia, valores imprescindibles que se deben aplicar a la vida diaria.
Valor ante las crisis: con las herramientas antes mencionadas no existirán momentos que no puedan afrontarse. Concentrarse en positivo, tener habilidad para establecer la comunicación y echar mano de recursos espirituales, con una gran dosis de adaptabilidad, son conductas que todos lo miembros de la familia deben respetar. Una hogar armonioso es el lugar al que acudimos y en el cual nos apoyamos para seguir adelante, fortalecidos, llenos de energía y hacia el disfrute de una vida positiva.
