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La
espondilosis cervical afecta a una de las siete vértebras del cuello
(cervicales) y a los correspondientes discos intercervicales.
Se
desarrollan excrecencias óseas en las vértebras, a menudo acompañadas
de desplazamiento o endurecimiento de los discos, semejantes a
arandelas.
De ello resulta que el cuello se pone rígido y los nervios de la parte superior de la médula espinal.

  • Sobre todo los que van de ella a los brazos y manos
  • Quedan sujetos a una presión anormalmente alta (vea Neuralgia).

Se desconoce el origen de esta enfermedad, que acomete la preferencia a las personas maduras y los ancianos.
Sin embargo, sabemos que los huesos de muchas partes del cuerpo se vuelven rugosos y se distorsionan con la edad.

Síntomas:

El síntoma más importante de la espondilosis cervical es el cuello dolorido y rígido.
La presión sobre los nervios que van a las manos y brazos causan
hormigueo, pinchazos, agujetas, entumecimiento y, en ocasiones, dolor
(por lo general de algún lugar de las manos).
Estos síntomas tienden a presentarse en un solo lado del cuerpo por turno.
La presión anterior en el cuello llega a afectar a otras porciones de la médula espinal.
Por eso, si la espondilosis cervical se agrava, puede darse el
debilitamiento gradual de las piernas y, quizá, trastornos urinarios.
A veces, los vasos sanguíneos que van, a través de las vértebras
cervicales al cerebro, quedan oprimidos y causan síntomas como dolor de
cabeza, mareos, inquietud o visión doble, en especial cuando se trata
de inclinar la cabeza.

¿Es frecuente la enfermedad?

La espondilosis cervical es común sobre todo en los ancianos.

Alrededor de 1 persona entre 150.
Muchas la padecen en forma suave y no buscan la ayuda de su médico.
Los hombres y las mujeres están expuestos a ella en la misma proporción.

¿Qué peligros encierra?

Los síntomas suaves de espondilosis cervical causan incomodidad, pero plantean escasas dificultades.
En la mayor parte de los casos, no empeoran.
Si lo hicieran y afectaran las porciones inferiores de la médula
espinal, habría riesgo de daño grave e irreversible, que quizá
produjese parálisis de la región inferior del cuerpo.

¿Qué debe hacerse?

Si
persisten los síntomas leves y parecen empeorar, consulte a su médico,
quien, después de examinarle, cuidará de que le hagan una radiografía
del cuello.
Si sus piernas parecen debilitarse, probablemente
necesitará también una mielografía con objeto de comprobar la extensión
del daño en la médula.

¿Qué debe hacerse?

El
tratamiento de los síntomas molestos de la espondilosis cervical
consiste en utilizar siempre durante el día un collar de material
plástico; por la noche se emplea otro más blando y cómodo. Tales
collares limitan los movimientos de la cabeza y la sustentan de manera
que disminuyen la presión sobre los nervios cervicales y los vasos
sanguíneos.
Se suelen llevar unos tres meses, y casi siempre el trastorno desaparece.
Durante los períodos en que se usa el collar, le aconsejarán tomar
analgésicos como aspirina, y su médico acaso le recete también un
tranquilizante para relajarle y mantener sueltos los músculos de su
cuello.
Sí,
aunque sea raro, los síntomas persisten o surgen otros, tendrá que
ingresar en el hospital para que le practiquen una tracción o para que
le operen.
En último caso, se agrandan los conductos de los nervios en la médula espinal y/o se sueldan algunas vértebras cervicales.
Cualquiera de los dos procedimientos o ambos proporcionan por lo
general gran alivio de los síntomas; pero la capacidad de torcer o
inclinar el cuello puede quedar disminuida.

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