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La protección de la piel no termina nunca. Luego de la exposición solar, deben aplicarse lociones After Sun para recuperar la humedad y los nutrientes perdidos, además de cremas con vitamina C y E, o bien coenzima Q10, para aminorar el envejecimiento prematuro producido por la radiación ultravioleta.

Lamentablemente para las amantes del verano, es en esta temporada cuando la piel más se daña por el exceso de sol. Sobre todo después de un día intenso y lleno de actividades al aire libre. Por esto, de vuelta en el hogar, es urgente brindar a la epidermis los cuidados necesarios para que se recupere del maltrato sufrido por los rayos ultravioleta.

Siempre es bueno relajar y revitalizar el cuerpo. Para lograrlo, lo primero es aplicar una loción After Sun para evitar la sequedad de la epidermis y recuperar los nutrientes perdidos. Estos productos poseen vitamina E y provitamina B5, que hidratan y calman la piel, además de prolongar el bronceado.

Los dermatólogos recomiendan usar este tipo de cremas, ya que “flexibilizan la capa córnea, que es la capa más superficial de la epidermis, haciendo que la piel no se descame en forma abundante”. Y recalca que “las pieles con acné también pueden utilizar un gel hidratante, que impida el exceso de grasa”.

Si la epidermis está enrojecida, con sensación de ardor y con un poco de hinchazón –quemadura solar grado uno- basta usar cremas con calamina o mentoladas para que se refresque. Para las mujeres de pieles más sensibles hay, además, productos que incluyen anti inflamatorios naturales.

Pero no siempre los problemas son un simple enrojecimiento. “Una quemadura mayor es donde hay ampollas y se da en personas que usan aceleradores para el bronceado o que están largas horas al sol sin protección. Ellos habitualmente acuden al médico, ya que pueden tener comprometido el organismo, presentar deshidratación y tener una inflamación intensa en la piel. En los casos más severos, se indican corticoides y que no se revienten las ampollas”, advierte la dermatóloga. La idea, por supuesto, es no llegar a este extremo.

Envejecimiento Prematuro
La epidermis en forma natural va envejeciendo. Pero este proceso se acelera cuando los rayos UVA penetran profundamente en la piel, resintiendo sus tejidos. Este daño se acumula con la edad y todo el cuerpo toma un aspecto pálido, apagado, con manchas, pequeñas venitas en la cara –o telangiectasia– y las temidas arrugas. Definitivamente, un panorama poco alentador.

“Entre dos personas de la misma edad que tengan una genética similar, la que ha abusado del sol o del solarium tendrá una piel opaca y con arrugas profundas que pueden producir surcos, no solo en las líneas de expresión, sino que también en el centro de las mejillas”, explica el dermatologo y agrega que una epidermis dañada también puede sufrir cambios en su pigmentación.

¿Qué causa estos males? Los radicales libres -iones que producen destrucción celular- son una de las causas principales del envejecimiento prematuro de la piel. Por ello, deben utilizarse cremas que contengan sustancias que los neutralicen o, al menos, disminuyan su ataque. Para esto hay productos con vitamina C y E además de las Glutationas.

Las arrugas se pueden aminorar con la aplicación tópica de la coenzima Q10, que estimula la actividad celular y capta los radicales libres.

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