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Las inclemencias del tiempo y el paso de los años hacen estragos en
nuestra piel y la deterioran considerablemente. Mantenerla tersa y sana depende de ti
misma, del cuidado que estés dispuesta a darle. Una de las fórmulas más eficaces para
conseguir un rostro firme, tonificado y relajado es la gimnasia facial. Descubre cómo
poner en forma y mantener tu cara siempre joven.

Relaja tus músculos faciales

Que estés tensa no te favorece en nada.
Cuando los músculos de la cara se contraen tu piel pierde elasticidad y, como
consecuencia, capacidad de movimiento. Es en este momento cuando empiezan a aparecer las
temidas arrugas. Pero no te preocupes, con los sencillos ejercicios que ahora te
mostramos, conseguirás relajar tu rostro al cien por cien.

Para tus pómulos:

  • apoya tus brazos en una superficie
    rígida horizontal, como puede ser una mesa, y coloca la cabeza de modo que tu frente
    descanse sobre las muñecas
  • cierra los ojos, respira profundamente, de
    forma pausada y procura no pensar en nada
  • una vez relajada, estira los músculos de la
    cara hacia todas direcciones, exagerando los movimientos todo lo que puedas. Una buena
    forma de hacerlo es pronunciando el abecedario
  • para acabar el ejercicio, nada mejor que un
    buen bostezo.

Para tus sienes:

  • coloca la yema de tus dedos sobre las sienes
    y presiónalas lentamente pero con firmeza
  • a continuación date un masaje mediante una
    serie de movimientos circulares. Las rotaciones se realizan tres veces en un sentido y
    otras tres en el otro.

Evita la caída de tus párpados:

  • cierra los ojos y coloca la yema de los
    dedos índice en el ángulo exterior del párpado superior. Pon lo pulgares debajo,
    tocando las pestañas
  • una vez hecho esto, abre los ojos y fija la
    mirada en un punto. Separa ahora los dedos, estirando la piel hacia arriba con los dedos
    índice y hacia abajo con los pulgares
  • inspira con los ojos abiertos e intenta
    cerrarlos mientras espiras, siempre sujetando los párpados con los dedos. Repite el
    ejercicio como mínimo veinte veces.

Mantén firme el óvalo de tu rostro:

  • enmarca el óvalo que forma tu cara
    colocando los pulgares sobre el mentón y los dedos corazón e índice en las sienes, pero
    sin presionar con fuerza. Tu rostro ha de quedar perfectamente sujeto con las dos manos
  • con un movimiento de vaivén, hacia delante
    y hacia atrás, alisa las sienes, la barbilla y la zona de la papada.

Para que las arrugas se mantengan a raya:

  • date pequeños pellizcos en sentido
    contrario al de las arrugas hasta que la piel se enrojezca
  • después, estira perpendicularmente la zona
    donde se encuentren las arrugas y avanza sobre ellas con tus dedos, moviéndolos de nuevo
    en vaivén.

Los resultados que obtengas van a
depender de la capacidad de cada músculo facial que trabajes y de la intensidad con la
que realices cada uno de estos ejercicios. No olvides hacerlos lentamente, para permitir
una buena recuperación después de cada esfuerzo realizado.

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