Pregunta:
– Al concentrarnos en una persona, ¿Puede esa persona recibir algún tipo de energía de nuestra parte?
Respuesta:
– Es muy interesante tu pregunta. En estos momentos me acuerdo de una práctica que se realiza en algunos cursos de control mental, en donde colocan dos frutas (manzana, pera, naranja, lo que quieras) en un rincón de la casa, pero sólo se concentran en una de las frutas, enviándole energía positiva e imaginando que se conserva con su fuerza vital original.
Pues bien, al cabo de unos 10 ó 15 días, la fruta sobre la que se han hecho los ejercicios de concentración, se conserva bastante bien, en cambio la otra fruta, la ignorada, se hecha a perder más deprisa.
De la misma manera sucede con los seres humanos. Cuando uno piensa en otras personas, envía su propia energía, y está contribuyendo al cambio de esa persona.
Por ello siempre hay que estar en una postura positiva para ayudar a mejorar a nuestro prójimo y a nuestro entorno.
