Para empezar, terapia de choque para alegrar una jornada que se inicia muy negra:
Invente una excusa genial y cancele todas sus citas profesionales para el día; lea algo ligero y divertido; haga esa llamada que lleva toda la semana aguardando; aplíquese un masaje en la cara y las manos con una buena crema; escriba unas cuantas cosas sencillas que le llenen de felicidad y propóngase hacerlas de inmediato.
Ha conseguido un día de paz o tregua.
Pero ¿sabe por qué se siente mal? Según los psiquiatras y los psicólogos, sólo con hacerse esta pregunta ha dado ya un primer paso hacia la recuperación.
Lleve un diario de sus estados de ánimo. La salud de la mente no es algo fijo, eterno y uniforme. Por eso resulta útil descubrir sus vaivenes y cómo a través de ellos nuestro organismo pide a su manera lo que necesita. Anote los instantes especiales en los que se ha sentido con más alegría y energía. Un día a la semana analice las notas y aprenderá a prevenir lo negativo.
Relativícelo todo: El jefe que le ataca los nervios, los cientos de papeles sobre la mesa del despacho, los ruidos estridentes, el tráfico, el mal tiempo y el vecino pelma del 5º. Los elementos de tensión determinan que haya un exceso de las hormonas del estrés, las cuales reducen la función de algunas células del sistema inmune, según los últimos estudios científicos.
Propóngase seriamente relajarse. Si no lo hace podrá acabar, además de histérico y deprimido, con un gripazo, una gastroenteritis o un infarto. Un estudio llevado a cabo en 1997 por la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York entre 5.687 adultos demostró que la incidencia de ataques al corazón era dos veces más alta en las personas con un historial de depresión y estrés.
Aprenda a controlar su respiración como uno de los grandes medios para esa relajación ¿Sabía que respirar es la función más misteriosa, esencial de nuestro organismo y la única que puede hacerse a la vez de modo voluntario o involuntario? Existen numerosas técnicas de relajación a través de ella. En los cursillos que se imparten a los médicos y voluntarios de los servicios de urgencias se les enseña, para atenuar su estrés y tensión, a inspirar fuerte hasta llenar los pulmones y el estómago y a expulsar luego el aire lentamente.
Elimine sus noches en blanco. Todos conocemos que dormir ocho horas cada noche ayuda a mantenerse sano. Pero la mayoría ignora que la interrupción de los ritmos del sueño altera también el sistema inmune y, de una manera particular, el carácter.
Recupere la sabiduría popular oriental que lleva siglos diciendo: Haz que tu alimentación sea tu mejor medicina. Es un hecho comprobable: El Centro de Investigación para la Nutrición Humana, de Washington, en sus estudios sobre el envejecimiento y sus secuelas psíquicas, ha concluído que alimentos como el brécol, las espinacas y las fresas mantienen un buen estado de ánimo debido a su alto contenido en células protectoras de la actividad cerebral. También recomiendan el consumo de chocolate y de regaliz.
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Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños. El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución.