La meditación es algo muy sencillo que tiene grandes beneficios para la salud.
Siguiendo las siguientes pautas uno conseguirá un buen método que le ayudará a estar mejor, tanto a nivel físico como mental, a través de un acto tan sencillo como es respirar correctamente.
Buscar un lugar cómodo, con una temperatura ambiente normal, que ni haga frío, ni calor.
Procurar que no le molesten durante por lo menos diez minutos. Si es necesario, a parte de buscar un lugar adecuado, se puede pedir al resto de los habitantes de la casa que no hagan ruido durante diez minutos. Puede ser interesante aprovechar esos momentos en los que no hay nadie más en casa.
El siguiente paso es sentarse con los pies tocando el suelo, la espalda recta y los brazos a los lados o en el regazo con las palmas hacia arriba. También se puede estar sentado sobre un cojín grande entre glúteos y rodillas o bien ponerse en posición de Loto, sentado con las piernas cruzadas una por encima de la otra. Lo importante es estar muy cómodo, de manera que la mente no se distraiga buscando una postura mas adecuada.
Ayuda a la meditación música ambiental, ya sea clásica o oriental, lenta y rítmica.
Una vez conseguido crear el ambiente necesario para la meditación, se pasa a concentrarse en la respiración; ir sintiendo como el aire va entrando por la nariz, bajando por la garganta, entrando en los pulmones… para, después, poco a poco ir notando cómo va saliendo.
Al principio, para facilitar la práctica de la meditación, se puede utilizar una vela. Uno puede concentrarse en la llama, los colores y movimientos de la misma. Cuando los párpados se van cerrando se pasa poco a poco de ir pensando en la llama a concentrarse en la respiración, mientras se van eliminando otros pensamientos que distraigan.
La mejor hora para realizar estos ejercicios es al principio o al final del día. Es preferible hacerlo en esos momentos del día, pero lo mejor es que la persona busque el momento más adecuado.
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Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños. El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución.