Los celos suelen seguir siendo hoy, muy comunes al principio de una relación.
Todavía se piensa que son parte del amor que comienza (nada más lejos de la verdad) e incluso se suelen percibir con cierto halago. Sin embargo, la cosa cambia cuando la relación se asienta y la pareja sigue comportándose de forma celosa con frecuencia y sin motivo aparente.
Los celos continuos no se sienten como amor, sino que se perciben como sofocantes, controladores y sugieren una falta de confianza en la persona amada y en uno mismo.
Falta de autoconfianza
La falta de confianza en uno mismo es un factor que influye de forma decisiva en los celos.
La inseguridad puede provocar dudas sobre las muestras de afecto y sentimientos de los demás. Hay personas que a pesar de tener éxito en la vida poseen un bajo nivel de autoestima y no se sienten merecedoras de ser amadas. La carencia de autoconfianza genera incertidumbre en la relación, estando alerta a cada incidente real o imaginario que pruebe que el amor de la pareja es verdadero.
Miedo al cambio
Otro motivo de los celos es el miedo al cambio y el miedo a perder a la persona querida.
Así los celos y las conductas posesivas hacen su aparición como un intento de conservar la relación. Cuando las necesidades de uno de los miembros de la pareja cambian, la otra persona puede sentirse amenazada y, en consecuencia, aferrarse más que nunca al otro, temeroso de que ese cambio pueda llevar a la ruptura.
Dependencia
En las relaciones de pareja satisfactorias, cada miembro se siente una persona independiente de la otra, con gustos, amigos y aspiraciones propias. Esto fortalece la unión, que de otra manera, podría acabar por absorber y agobiar. Si la seguridad en uno mismo se basa exclusivamente en la pareja, se corre el peligro de convertirse en alguien muy dependiente, incapaz de hacer nada sin contar con el otro.
Temor a quedarse solo
A veces, el temor a quedarse solo suele deberse a antecedentes familiares de divorcio, separación o fallecimiento, entre otras cosas. Esto puede tener como consecuencia la creencia de que las relaciones no son duraderas y sí muy frágiles y dolorosas. Así la persona trata de protegerse haciendo uso, muchas veces de forma inconsciente, de los celos.
CÓMO HACER FRENTE A LOS CELOS
Pensarlo dos veces
Cuando se actúa sin saber lo que se hace, conviene pararse a pensar en las repercusiones que tendrán los actos, en uno mismo, en la pareja y en la relación. Lo idóneo es poseer cierto nivel de autocontrol y pensar las cosas antes de hacerlas o decirlas. De lo contrario se pueden producir consecuencias no deseadas como malos entendidos o discusiones.
Ser independiente
Es necesario conseguir ser y sentirse una persona independiente y autónoma. También es importante confiar en uno mismo y valorarse positivamente. Una relación no implica tener que compartir las 24 horas del día con la pareja. Asumir que cada uno puede tener intereses y amigos diferentes con los que compartir algunos momentos, no tiene porqué provocar un conflicto.
Aprender a confiar
La relación de pareja ha de basarse en la confianza mutua y no en la creencia de que la otra persona es una propiedad del otro. Tratar de bloquear pensamientos como: “seguro que está con otro”, “si está tardando más de la cuenta es porque no me quiere”… será de gran ayuda.
El ser o no celoso es un aspecto de la personalidad que en algunas personas está más desarrollado que en otras. Si todos los intentos para eliminar los celos de la pareja no dan el fruto esperado, la terapia de pareja puede ser una buena opción.