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Manchas cutáneas

La piel nos recubre por completo, se extiende en varias capas, desde la más profunda llamada hipodermis hasta la más superficial, la epidermis, siendo ésta última la que mejor conocemos, mejor dicho, la que salta más a la vista. Pero no solo la tenemos delante de nuestros ojos, sino que también es esa parte del organismo que nos protege y está en contacto con todo lo que nos rodea, por ello acusa más las agresiones externas.

El color de la piel, su textura, su aspecto en general varía mucho de un individuo a otro, e incluso va cambiando con el paso de los años y el trato que recibe, lo que le puede llevar a sufrir alteraciones que se manifiestan tanto en su actividad normal como en su apariencia. Y ésta última es la que salta a la vista en primer lugar, sobre todo porque los cambios de tonos en su color natural resultan más notorios.

No todos poseemos el mismo tono de piel ni totalmente uniforme, debido a que en nuestro organismo existe una sustancia o pigmento llamado melanina, que se encuentra en las células, y se encarga de dar color a esas partes de nuestro cuerpo. Cuando el funcionamiento de la melanina es inadecuado, a causa de agresiones externas, como por ejemplo una sobreexposición solar continuada, o cambios internos: hormonales, estrés, etc., aparecen las manchas.

Manchas en la piel
Las manchas cutáneas se pueden deber tanto a una acumulación excesiva de melanina o hiperpigmentación en una zona determinada de la piel, como a todo lo contrario, que sería una despigmentación. Las primeras son manchas marrones de diversa intensidad, frente a las otras que muestran la piel sin coloración, de tonos blancos.

Las causas más frecuentes en la aparición de las manchas en la piel son la exposición continuada al sol y el envejecimiento cutáneo, aunque hay otras que también pueden inducir a su proliferación como son el uso de algunos medicamentos, cambios hormonales o tabaquismo.

Entre todas ellas destacan las provocadas por el sol. Con la llegada del verano parece que se inicia una carrera contrarreloj para conseguir que la piel cambie de color, tornándose de un dorado más atractivo. Al comenzar la etapa veraniega, los consejos profesionales se multiplican, ya que el sol que se toma durante ese corto período de tiempo se va acumulando en el organismo y sus efectos se manifestarán muchos años después. Pero con la idea del bronceado en la cabeza se nos olvidan los factores de riesgo que implica la excesiva exposición bajo el gran astro rey, sobre todo si la piel es de un tono más claro y le cuesta más broncearse, por lo que las horas se duplican y la crema protectora es mínima. El resultado es siempre el mismo: quemaduras, que con el tiempo pueden llegar a provocar la aparición de pecas o lunares, en el mejor de los casos, además de un envejecimiento prematuro de la piel e incluso cáncer.

Y sin más preámbulos, vamos a ver los diferentes tipos de manchas producidas por los factores anteriormente señalados.

 

Empezaremos por aquellas que aparecen debido a las radiaciones solares, sobre todo la ultravioleta de tipo A (UVA), la cual es la responsable de la pigmentación de la piel, pero también de la oxidación celular. Con el tiempo estas radiaciones junto a una deficiencia de protección y cuidados, provocan el fotoenvejecimiento cutáneo, apareciendo manchas de color marrón denominadas lentigo, también llamadas seniles porque surgen con la edad, ya que la acumulación solar suele ser mayor.

Asimismo debido al sol, especialmente en verano, salen en cara y manos las conocidísimas pecas. Muchas personas nacen con estas manchas, que se intensifican si la piel no es protegida ante las radiaciones solares, pero otras veces son dichas radiaciones las que hacen que estas pecas aparezcan, principalmente si han producido quemaduras.

Pero también se puede nacer con otras manchas oscuras que incluso pueden llegar a tener un aspecto identificativo o bello (no podemos evitar recordar el que tenía Marilyn Monroe o Cindy Crawford), naturalmente, me refiero a los lunares. Claro que a veces no son tan atractivos porque pueden presentar pelos oscuros o tener forma rugosa. Hay que prestarles mucha atención, sobre todo para percibir los posibles cambios de color, textura o tamaño.

Junto a estas variedades de manchas, están aquellas que le pueden brotar a la mujer cuando se encuentra embarazada, debido a los cambios hormonales que presenta su cuerpo. Estas acumulaciones de pigmentación que suelen aparecer en las mejillas, labio superior, frente y/o pechos se llaman melasmas o cloasmas. También pueden mostrarse cuando se toman anticonceptivos orales. A estas manchas les pasa lo mismo que a las pecas, cuanto mayor es la exposición solar mayor es la pigmentación.

Frente a esta hiperpigmentación, hay ocasiones en que la piel sufre el caso contrario, es decir va perdiendo melanocitos y empiezan a aparecer zonas sin pigmentación, manchas blancas o vitílogo. Frecuentemente, surgen en los labios, nuca, codos, pezones, nudillos, párpados, manos y cintura, afectando por igual a hombres y a mujeres. No reviste ningún riesgo, pero los especialistas recomiendan evitar los rayos solares, ya que esas zonas no tienen melanina que las proteja de las radiaciones ultravioleta.

Las principales recomendaciones se centran en la protección de la piel, desde una higiene óptima con productos que mantengan el Ph natural, hasta una buena hidratación, pero, sobre todo hay que evitar la exposición solar excesiva. Tomar el sol no resultará nocivo si se hace de forma razonable (este tema se explica al detalle en el Artículo sobre “El bronceado”), utilizando en todo momento cremas protectoras y no sobrexponiéndonos. Una buena alimentación hará que nuestro organismo se encuentre en buena forma y muy saludable.

Hay remedios naturales que amortiguan el aspecto de estas manchas, nunca las van a hacer desaparecer. Uno de estos remedios está protagonizado por el limón, que gracias a su efecto antioxidante aclara las incómodas manchitas marrones; el agua oxigenada y el vinagre provocan el mismo resultado. Lo mejor es aplicarlos como una loción por la noche. También hay algunas cremas cosméticas que contienen sustancias blanqueantes.

Por último, ante cualquier anomalía o cambio en pecas, lunares, etc. lo mejor es consultar al especialista, el cual se encargará de hacer los estudios pertinentes y designar el tratamiento oportuno.

 

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