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Hipotensión

 

La presión de la sangre posibilita que ésta sea capaz de llevar oxígeno y nutrientes a las células y extraer de ellas los productos de desecho.

 

Es un mecanismo sencillo pero básico para el buen funcionamiento del organismo. Si esta presión es demasiado alta (hipertensión) los vasos sanguíneos corren el riesgo de romperse, pero, si por el contrario, es excesivamente baja (hipotensión) el torrente no podrá cumplir su misión.

La hipotensión no es tan grave como la hipertensión, pero sus manifestaciones -agotamiento, fatiga, escasa capacidad de esfuerzo, tanto físico como mental, y exagerada necesidad de sueño– también pueden impedir el normal desarrollo de algunas actividades. En realidad, la hipotensión no es una enfermedad sino un síntoma, una característica propia de la constitución de cada uno.
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De hecho, los individuos sanos con presión arterial normal, más bien baja en reposo, tienen una mayor esperanza de vida. Pero, cuando la baja presión arterial se acompaña de síntomas por alteración de la circulación en el sistema nervioso central (vértigos, trastornos en la vista, pérdida del conocimiento,…), puede que se trate de un trastorno funcional u orgánico.

Hay tres factores que determinan la presión arterial. Será más elevada cuanta más sangre expulse el corazón por minuto, cuanta más contenga el sistema circulatorio y cuanta menor sea la capacidad de los vasos sanguíneos.

La sangre bombeada

La cantidad de sangre bombeada puede disminuir si el corazón late lentamente o sus contracciones son débiles. Un latido muy rápido y muchos tipos de arritmias pueden reducir la eficacia de bombeo del corazón y el volumen de expulsión conseguido. Pero un buen bombeo tampoco garantiza la eficacia de la irrigación. Si se pierde sangre por deshidratación o por una hemorragia, disminuye el volumen de ésta, y por tanto su presión.

Determinados sensores controlan constantemente esta presión. Cuando detectan algún cambio en cualquiera de los tres factores citados antes, provocan una modificación en los otros dos para estabilizar el sistema. Los nervios conducen señales desde estos sensores (situados en el cuello y el tórax) hasta el cerebro para que éste implique a los órganos responsables.

Al corazón se le pide que modifique la frecuencia y fuerza de sus latidos, a los riñones que regulen la secreción agua (con lo que se modifica el volumen de la sangre en la circulación) y a los vasos sanguíneos que se contraigan o dilaten para regular la presión en su interior.

Desmayos

Sin embargo, estos mecanismos tienen sus limitaciones y se puede producir el desmayo, que es un síntoma provocado por un aporte inadecuado de oxígeno y otros nutrientes al cerebro. Suele derivarse de una disminución temporal del flujo sanguíneo que el organismo no es capaz de compensar.

Cuando la persona está en pie, antes del desmayo, puede empezar a notar vértigos o mareos ligeros. Al caer al suelo, la presión arterial aumenta en parte porque la persona está tendida y, a menudo, porque la causa del síncope ya pasó.

Si el desmayo se ha producido por una arritmia, aparecerá y desaparecerá bruscamente. En ocasiones, el individuo puede experimentar palpitaciones justo antes del desvanecimiento.

Ponerse rápidamente en pie o permanecer quieto en esta postura demasiado tiempo, sobre todo si hace calor, también pueden acabar en desmayo. En estas situaciones los músculos de las piernas no están moviéndose y, por tanto, no empujan la sangre hacia el corazón, sino que dejan que se estanque en las venas de las piernas.

En algunos casos extremos se puede llegar al shock, que a veces es mortal. Sus síntomas pueden ser similares a los del desmayo con cansancio, somnolencia y confusión. La piel puede coger un tono pálido y volverse sudorosa.

 

TIPOS DE HIPOTENSIÓN

Crónica.Puede que se trate de un rasgo constitucional de un individuo normal y que no esté vinculado a ninguna enfermedad. Es más, las personas que lo padecen suelen tener una mayor esperanza de vida. Sin embargo, también puede tratarse de algo secundario relacionado con otras dolencias como insuficiencia suprarrenal, desnutrición o enfermedades neurológicas o venir dado por el uso de determinados fármacos que interfieran en la transmisión del impulso nervioso en el sistema simpático.

Dirigida. Hipotensión provocada mediante fármacos durante una operación quirúrgica.

Ortostática. La que padecen algunas personas cuando se levantan bruscamente. La gravedad hace que una parte de la sangre se estanque en las venas de la parte inferior del cuerpo, con lo que se reduce la cantidad que vuelve al corazón. Se trata de una incapacidad de regular la presión arterial rápidamente. En condiciones normales el corazón late con más rapidez, las contracciones son más fuertes, los vasos se contraen y su capacidad se reduce. Si estas acciones de compensación fallan se puede producir el desmayo.

Ortostática postural idiopática. Es una enfermedad poco frecuente, también denominada ”de Shy-Drager” que se caracteriza por la degeneración de algunas estructuras del sistema nervioso. En estos casos cuando el enfermo se pone en pie puede llegar a sufrir síncopes o convulsiones. A pesar de la marcada hipotensión el paciente no suele padecer taquicardia, pero sí otros síntomas como pérdida de cabello, hiposecreción de las glándulas salivales y lacrimales, descenso de la sudoración, oclusión intestinal,…

 

DIAGNÓSTICO DE LA HIPOTENSIÓN

En primer lugar es necesario determinar cuál es la causa que determina el desvanecimiento, ya que puede haber más de un motivo y unas causas son más graves que otras, e incluso algunas enfermedades de corazón, como un ritmo cardíaco anómalo o un estrechamiento de la aorta, pueden ser mortales.

Los factores que determinan el diagnóstico son la edad con que se empiezan a sufrir los desmayos, las circunstancias en que estos se producen, las señales previas al episodio y los remedios que ayudan a la recuperación, como acostarse, contener el aliento o ingerir bebidas dulces. El médico también tiene que saber si al enfermo se le ha diagnosticado previamente alguna otra enfermedad y si está medicándose.

Los análisis de sangre pueden detectar una baja concentración de azúcar o de glóbulos rojos en la sangre. Si se sospecha que se trata de una enfermedad cardíaca o pulmonar le practicaran un electrocardiograma o un ecocardiograma y se cree que los problemas pueden derivarse de una epilepsia le realizaran un electroencefalograma.

 

TRATAMIENTO DE LA HIPOTENSIÓN

Normalmente basta con acostarse para recobrar el conocimiento. Si además se elevan las piernas se puede acelerar la recuperación ya que aumenta el flujo de sangre hacia el corazón y el cerebro. Si el enfermo se incorpora demasiado deprisa, o si es trasladado en una posición erguida, es muy probable que se repita la sensación de desmayo.

En las personas jóvenes que no padecen enfermedades cardíacas, los desmayos no suelen ser graves y no precisan de pruebas de diagnóstico y tratamiento. Pero si quienes lo padecen ya han tenido algún problema previo, tendrán que determinar cuál es el motivo de los desmayos.

Para corregir una frecuencia cardíaca demasiado lenta se puede implantar un marcapasos, que mediante un dispositivo electrónico estimulará los latidos. Si, en cambio, hay que retardarlo pueden emplearse fármacos.

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