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Tal vez una ciencia, para algunos autores, puesto que puede considerarse como la era Prehistórica de la Química, o un fraude para otros.

 

La alquimia pretendió conseguir tres grandes objetivos (que no se han llegado a alcanzar aún):

 

  • Fabricar oro.alquimia
  • Obtener el disolvente universal.
  • Hallar la piedra filosofal (fuente de la juventud eterna).

Gran número de científicos escépticos han tratado de tirar por tierra la teoría de la transmutación de los metales. Si bien no hay pruebas concretas de que alguien haya podido convertir el plomo en oro, ¿acaso no ha podido la física nuclear transmutar metales?

Cierto es que este mito ha arrastrado tras de sí más vidas humanas que toda la historia de la humanidad.

 

Hay dos tipos de alquimia:

 

  • La superficial o exotérica, que es la más difundida pero la menos alquímica.
  • La profunda o esotérica, de muy poca difusión y por lo tanto considerada verdadera alquimia.

La alquimia es un arte tan antiguo como la humanidad, y puede situarse su nacimiento durante la primera etapa de la vida comunitaria y social de la humanidad primitiva.

Cuando el hombre formó la primera civilización urbana y de allí surgieron los primeros oficios, de manera intuitiva, por la observación de la naturaleza y, muchas veces, por casualidad.

El hombre, desde siempre sintió la necesidad de darle un sentido mágico o divino a su entorno y que cada elemento común a él tuviera su propio dios, (ya sea perteneciente al cielo o a la tierra).

Así como asignó un dios a cada metal, piedra y a los mismos elementos de la naturaleza, a cada planeta le fue dado un nombre, un dios y un metal.
La alquimia más primitiva e intuitiva comprobó que la unión de dos metales resulta en otro diferente, y que con el tratamiento de un metal se podía llegar a variar su color, e incluso sus características. Esto derivó en la idea de que se estaba delante de verdaderas transmutaciones, y no de simples variaciones de apariencia. Con este criterio nace el principio básico de la alquimia: convertir otros metales en oro.

El libro más antiguo conocido que trata sobre alquimia es el griego Physika, de Bolos Demócrito, del año 220 a.C. aproximadamente, en el cual se describen fórmulas y recetas sobre cómo fabricar oro, plata gemas y púrpura, recopiladas de fuentes aún más antiguas oriundas de Egipto, Persia, Babilonia y China.

alquimia Son los árabes los que dan forma definitiva a la alquimia, y ésta es la que perdura hasta nuestros días. Mediante el Islam toma forma concreta, expandiéndose en principio por Europa, desde el siglo XII hasta el siglo XVII, cuando Boyle, a través de su escrito The Sceptical Chymist da comienzo a una etapa más racional y científica, causando la desaparición (al menos de la vida pública) a la alquimia.

Sin embargo, es entre el siglo XII y el siglo XVII cuando la alquimia alcanza su Edad de Oro. Desde Francia, Escocia, Inglaterra y Alemania surgen los grandes “alquimistas” de la historia: Roger Bacon, Flamel, Alberto Magno, Helvetitus, y otros, que se ocuparán de su protección, como Carlos II, Isaac Newton, Santo Tomás de Aquino, etc.

La alquimia en Oriente

En China, el oro alquímico no era buscado con fines de lucro, sino exclusivamente con fines medicinales.

Estaban seguros de que el oro era inmortal, y por ello, si era absorbido por el cuerpo humano le otorgaría todas sus propiedades.

Sin embargo el oro en estado natural no puede ser asimilado por el cuerpo, por lo tanto la medicina alquímica debía ser preparada disolviendo el oro mediante una operación alquímica conocida únicamente por los iniciados. De esta manera el oro alquímico se convertía en un medicamento universal similar al elixir de la larga vida occidental, capaz de regenerar cada célula, hacer crecer el cabello, los dientes, y recuperar la juventud y la fecundidad.

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