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Uno de los aspectos más importantes en el tratamiento de la obesidad y en la salud en general es el ejercicio físico. Se ha demostrado que existe una relación entre el tiempo que se permanece sentado viendo la televisión, la forma física y la obesidad. Además, el ejercicio físico desde la adolescencia es clave para el mantenimiento del esqueleto y para prevenir la osteoporosis.

Se ha dicho: “si el ejercicio físico pudiera recetarse en forma de pastillas, sería el medicamento más recetado”. Recomendar un ejercicio físico no supone que todos tengamos que ser atletas de élite. Sin embargo, la vida en las ciudades occidentales a veces no favorece en absoluto este hábito: vamos en coche a trabajar, incluso para bajar la ventanilla se utiliza un botón en vez de la manivela, subimos en ascensor, permanecemos horas frente al ordenador, etc.

Los beneficios de la práctica moderada de ejercicio son indudables. En los pacientes diabéticos obesos mejora la sensibilidad a la insulina (endógena o exógena). Además también está demostrado que las personas que realizan algún ejercicio físico tienen menor incidencia de diabetes, y este beneficio se mantiene incluso en los obesos que realizan algún tipo de ejercicio con respecto a los que no lo realizan. En los pacientes con hiperlipemia (y en los normales), el ejercicio logra un aumento del colesterol HDL o colesterol “bueno”.

Mente sana…

Los efectos psicológicos positivos también son importantes; se produce una sensación de bienestar, mejora la autoestima y el estado de ánimo, ayuda a relajarse y controla la ansiedad.Debemos promover la idea de realizar ejercicio físico en familia o con amigos, no como una obligación, sino como diversión para los ratos de ocio, preferiblemente en contacto con la naturaleza y actividades deportivas al aire libre.

Es aconsejable realizar los desplazamientos a pie siempre que sea posible y evitar el coche en lo posible. Asimismo, es útil bajar, e incluso subir, las escaleras andando. Para las personas mayores, es suficiente con caminar todos los días, lo cual les hace mantenerse activos con relación con el mundo exterior y, de este modo, se evita que no se encierren en sí mismos. En los obesos suele ser beneficioso recomendar el ejercicio como arma contra la ansiedad que muchos de ellos padecen.

Adelgazar: ejercicio es salud

¿Perder peso haciendo ejercicio?

La pérdida de peso que se logra realizando únicamente ejercicio es muy pequeña, del orden de 0.1 Kg/semana. Pero lo más importante es que, proporcionalmente, los aficionados a realizar algún tipo de actividad deportiva pierden más grasa e hipertrofian el tejido muscular. Podríamos decir que cambian el tejido graso por tejido magro. Como el volumen de este último es menor, sobre todo pierden volumen.

Pero el papel más importante del ejercicio en la obesidad es que se ha demostrado que los obesos que mantienen el peso perdido con una dieta a largo plazo son aquellos que cambiaron sus hábitos de conducta y se acostumbraron a hacer ejercicio.

Siempre se debe empezar con actividades fáciles e ir aumentando poco a poco, sin ser demasiado ambiciosos en un principio. Hay que tener en cuenta que el propio exceso de peso supone un obstáculo para su realización, lo que unido al bajo nivel de entrenamiento y a los posibles problemas osteoarticulares asociados hace que los pacientes lo abandonen. Por ello, son importantes la constancia y la regularidad .

Beneficios del ejercicio

  1. Mejora el colesterol HDL (colesterol bueno).
  2. Mejora la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina.
  3. Evita la obesidad.
  4. Ayuda a mantener el peso perdido a largo plazo.
  5. Mejora la autoestima.
  6. Ayuda a relajarse.
  7. Libera ansiedad.

Dra, Pilar Riobó Serván Comer de todo pero bien, Ed. Libertarias. Madrid, 1999

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