– Si tienes una puerta de cristal transparente, no dejes de señalizarla con alguna pegatina.
– Moja un trozo de franela en petróleo y pásalo por las señales de suciedad de las puertas. No hará falta que frotes.
– Si la puerta roza en el suelo, echa polvos de talco y averiguarás por la huella dejada al abrirla el punto que debes rebajar para que no roce.
– Para eliminar la suciedad de una puerta, no tienes más que pasar por ella un paño humedecido en petróleo.
– Por debajo de las puertas suele colarse aire y luz. Para cerrar definitivamente estos resquicios de las puertas confecciona una salchicha en una tela bonita y rellénala de arroz antes de coserla a conciencia. Puesta junto a una puerta impedirá el paso del aire en invierno y de la luz en verano. Asunto resuelto.
– Las puertas blancas quedan como nuevas si se las frota con media patata cruda.
– Forma una pasta con una mina de lápiz aplastada y unas gotas de aceite de cocina y unta las bisagras o los goznes de las puertas con ella. Suavidad garantizada.