– Para limpiar los cacharros de cobre, coge vinagre, añádele un poco de sal gorda (dos cucharadas soperas por cuarto de litro de vinagre), ponlo a hervir y luego moja un paño en esta solución y frota el cacharro. Luego frota con un limón partido por la mitad, seca y saca brillo con un trapo de lana.
– Las manchas de un recipiente de cobre desaparecerán si las friegas con salsa catsup.
– Las hojas de la alcachofa mojadas en vinagre son excelentes limpiadoras del cobre
– El cobre viejo se limpia frotando con amoníaco diluído en agua y luego frotando enérgicamente con un cepillo.
– Si sumerges un objeto de cobre en agua donde hayas cocido unos champiñones, le proporcionará una pátina más satinada, menos brillante.
– Para limpiar un objeto de cobre que se ha puesto mate, frótalo con limón y aclara con agua caliente.
– El agua de un jarrón con flores se mantendrá fresca si depositas en ella una moneda de cobre.
– Antiguamente se limpiaban los objetos de cobre a base de una solución de vinagre de vino y sal gorda de cocina. Dicha solución la aplicaban normalmente en frío, pero la calentaban cuando tropezaban con algún objeto inusualmente sucio. Sumergían la pieza en la solución o la echaban por encima hasta que conseguían el grado de limpieza deseado. Aclaraban abundantemente y sacaban después brillo con un paño suave.
– Para que los objetos de cobre no se tornen negros, dáles una mano de barniz incoloro.
– Puedes limpiar los objetos de cobre con hojas de alcachofa impregnadas en vinagre.
– No laves nunca con lejía una prenda en un recipiente de hierro, cobre o latón.
– Para conseguir del cobre y del latón un brillo duradero y un aspecto dorado, expón los objetos durante todo un día al sol.
– Para limpiar los cacharros de cobre, toma vinagre y llévalo a ebullición con un poco de sal gorda (dos cucharadas soperas de sal por cuarto de litro de vinagre). Empapa un trapo en esta solución y frota enérgicamente sobre la superficie de cobre para quitar la pátina de suciedad. Puedes acabar la operación de limpieza pasando por la superficie medio limón muy jugoso. Finalmente sécalo y sácale brillo con un trapo de lana.
– Un baño de lejía constituye igualmente un buen método para recuperar objetos de cobre muy sucios: basta con que disuelvas medio vaso de lejía en un litro de agua hirviendo.
– Para limpiar un objeto de cobre, empieza por aplicar un producto desoxidante o ácido oxálico, con ayuda de una esponja o pincel. Deja que el producto actúe, y lávalo después con abundante agua clara.
– Si una pieza de cobre estuviera muy oxidada, emplea para limpiarla un producto a base de ácido fluorhídrico. No te olvides de ponerte guantes y ropa vieja para hacerlo. Una vez eliminado el óxido, aplica una pasta o líquido para sacarle brillo, frotándolo con un paño de algodón.
– En el caso de utensilios de cocina de cobre, aclara el objeto con agua y unos cristales de sosa y luego en agua clara varias veces. Sácale brillo después con una paño suave.
– A las piezas decorativas de cobre puedes aplicarles una capa de barniz incoloro para metales, como protección. Antes de hacerlo, limpia la pieza con alcohol de quemar o tricloroetileno. Este barniz especial se encuentra en las droguerías de una cierta importancia. Si un día quisieras quitarlo, bastaría con aplicar un disolvente a base de acetona.
– Los objetos de cobre recobrarán su brillo original si los limpias con una pasta compuesta por vinagre, sal fina y harina de maíz. Luego los aclaras con agua fría y los enjugas para sacarles brillo.