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– Esta planta originaria de México se ha convertido en la auténtica reina de las fiestas navideñas.

Soporta bastante bien la temperatura de nuestras viviendas, siempre que no supere los 21º.

Hay que mantenerle la tierra húmeda, regándola casi a diario y rociándola con agua templada.

Sitúala en un lugar bien iluminado y abónala un par de veces por semana.

Como en otras muchas plantas de interior, el líquido de sus tallos y hojas es venenoso.

Si se hiciera un corte en el tallo, hay que cerrar de inmediato la herida con la llama de una cerilla o de una vela, pues de lo contrario la poinsetia se marchitaría.

– Para su reproducción, elige una rama con tres o cuatro hojas y córtala bajo un nudo con un cuchillo afilado.

Corta la hemorragia del esqueje introduciendo su extremo en agua; luego húndelo unos 2 cm. en una maceta de 5-6 cm. de diámetro, con una mezcla de turba y arena.

Mantén una temperatura día y noche de entre 20/24º.

Cúbrela con una bolsa de plástico transparente para crearle un microclima. De esta forma, durante las 3 ó 4 semanas que precisa la planta para enraizar hallará la humedad necesaria.

Poco a poco ve retirando la bolsa de plástico hasta quitarla del todo.

Repica los esquejes ya enraizados, y en tiempo cálido ponlos fuera, en semisombra o en el interior, tras tus ventanas.

Con el tiempo, la poinsetias cobran el aspecto de pequeños arbustos muy decorativos.

– Sitúala en un lugar luminoso, aunque no soleado, preferentemente en ventanas que den al este o al oeste.

Mientras se halle en período de floración, la temperatura ideal es en torno a los 20º; después, entre 12 y 15º.

El riego debe ser abundante en período de floración, con frecuentes vaporizaciones de agua, para disminuir más tarde.

Una vez terminada su floración, conviene podarla hasta dejarla reducida aproximadamente a su mitad.

Si sus hojas amarillearan y cayeran, probablemente se debería a que la temperatura ambiente sería excesiva, por lo que procura ponerle remedio.

– Para que sus hojas florezcan, es decir, adquieran ese tinte rojo tan característico, es imprescindible que a partir de finales de septiembre le proporciones catorce horas diarias de oscuridad total.

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