– Dicen que los moribundos en sus últimos momentos de agonía suelen pasar por unos minutos de gran lucidez en los que ocasionalmente intentan despedirse de sus seres más queridos.
Mi experiencia me confirma esa teoría. Yo estaba estudiando en Estados Unidos cuando mi abuelo (soy su único nieto) enfermó de bastante gravedad, aunque no parecía peligrar su vida.
Sin embargo, él mostraba mucho interés por verme y mis padres, muy apenados por verle tan enfermo, decidieron que cogiera unos cuantos días de vacaciones y me llegara hasta España para estar a su lado.
No pude arreglar el viaje hasta dos semanas después y cuando subí al avión, no podía quitarme de la cabeza que mi abuelo estaba empeorando.
Durante el vuelo me dormí y en un momento dado me desperté con un gran sobresalto. En mi mente vi a mi abuelo en la cama del hospital, y a mi tía a su lado dormitando en un sofá.
Mi abuelo me miraba y sin hablar me estaba diciendo adiós.
Yo sentí una punzada de angustia en el estómago porque supe que en ese momento se había muerto.
Miré al reloj y tomé nota de la hora. Cuando aterricé, pude comprobar que a esa hora, había fallecido y era precisamente mi tía Anita, quién le acompañaba.
Nota: En el transcurso de nuestra vida, hemos oído y en ocasiones hemos experimentado, experiencias y vivencias inexplicables, aquí muchas personas, han expuesto lo que han vivido y sentido… Si deseas conocer muchas más experienciaspuedes consultar nuestro gran indice de vivencias, haciendo Clic Aquí