Debes evitar zambullirte especialmente durante el segundo y tercer
trimestre del embarazo para evitar resbalones, debido al cambio de tu
centro de gravedad, y para que tu panza no golpee directamente en el
agua. Y al igual que si no estuvieras embarazada debes tener cuidado de
no nadar en zonas donde haya gente que se zambulla, para evitar que
alguien impacte directamente sobre tu cuerpo.