Por lo general, la amniocentesis se realiza
durante el segundo trimestre, entre las semanas 15 y 20 de gestación.
Ha dejado de recomendarse la amniocentesis temprana (realizada de 11 a
14 semanas después del último período menstrual de la mujer) debido a
que conlleva un riesgo mayor de aborto espontáneo y otras
complicaciones en comparación con la amniocentesis realizada durante el
segundo trimestre.