– Para que la gamuza de los cristales no quede rígida, lávala en agua templada con un poco de sal.
– Remoja la gamuza en agua tibia a la que habrás añadido una cucharada de aceite de oliva.
– Una gamuza recuperará su suavidad con un baño de una hora en agua salada caliente. Aclarar bien.
– Si tras su uso lavamos la gamuza cuidadosamente en agua tibia salada, veremos que al secar sigue tan suave y elástica como antes.
– Una gamuza sucia quedará como nueva si le das un baño de 4 horas en agua muy jabonosa y un poco de bicarbonato de sosa.
– Para que la gamuza conserve su esponjosidad, cuando la laves, añade al agua de aclarado 2 cucharadas de glicerina.