Las personas alérgicas pueden transmitir a sus descendientes la
predisposición de “hacerse alérgico” lo que, sumado a una favorable
exposición ambiental, dará lugar, con mucha probabilidad, a la
enfermedad alérgica. Si uno de los padres es alérgico, el hijo tiene
cerca del 40% de probabilidades de serlo también. Si los dos padres
presentan esta enfermedad la cifra se eleva hasta casi el 70%.