El cabello es una bella y radiante corona que se desliza por cada rostro,
permitiéndonos lucir nuestra belleza en todo su esplendor. Cuidarlo y mimarlo, como
sabes, es nuestro lema, y siempre te aconsejamos lo mejor para ayudarte a mantenerlo sano
y bonito.
Una limpieza correcta y en profundidad de
tu pelo es el primer paso para disfrutar de una cabellera brillante y llena de vida. Tan
importante como la frecuencia del lavado y el uso de diferentes tratamientos para su
cuidado, temas de los que ya te hemos hablado, es la forma en que lavas tu cabello.
No descuides su higiene
Para que tu cabello no se resienta y
permanezca siempre en perfecto estado, no descuides ninguno de los siguientes pasos en el
momento de meterte en la ducha, pues son realmente básicos si lo que deseas es conservar
este magnífico tesoro durante muchos años…
- Justo antes de mojar tu pelo, es conveniente
que lo cepilles suavemente varias veces con un peine o cepillo de púas redondas. Al
hacerlo, activas el riego sanguíneo y deshaces todos los enredos. Un cabello desenredado
es mucho más fácil de lavar.
- Una vez hayas hecho esto, escoge el champú
que más se adecue a tu tipo de pelo (seco, graso, dañado o normal) y aplícate una
pequeña cantidad describiendo círculos concéntricos con tus dedos sin presionar
demasiado. Al cabo de unos minutos, aclara con abundante agua, no muy caliente, y repite
la operación una segunda vez si lo crees necesario. No olvides frotar varias veces todas
las zonas, sin olvidarte ninguna.
- El cuidado de las puntas es tan necesario
como el de la raíz, y el champú también debe aplicarse sobre ellas para que se
regeneren y puedan evitarse problemas como las frecuentes puntas abiertas.
- Debes prestar una especial atención al
aclarado, que ha de ser muy cuidadoso. Procura que la presión del agua no sea muy fuerte
y no esté excesivamente caliente. Aunque sabemos que a veces resulta un poco difícil, te
animamos a que vayas disminuyendo poco a poco su temperatura hasta que esté completamente
fría.
- La aplicación de productos para su cuidado,
como cremas suavizantes, mascarillas, lociones, geles capilares,… son opcionales y su
uso siempre dependerá de tus necesidades.
- Nunca frotes el pelo mojado con la toalla de
baño, porque puede sufrir daños irreparables. Simplemente envuélvelo en ella a modo de
turbante y presiónalo ligeramente con la palma de la mano.
- Siempre que sea posible, déjalo secar al
aire libre y prescinde del secador. Cuando necesites utilizarlo, selecciona la mínima
potencia y colócalo a una distancia prudencial de tu cabello, más o menos a unos treinta
centímetros, para no quemarlo.
- Una vez seco, vuelve a cepillarlo con
cuidado.
Y… ¡Ya está! Tu pelo limpísimo,
perfecto y lleno de salud.