– La vivacidad cromática se consigue aproximando colores complementarios o bien aquellos otros que, sumados, dan teóricamente el blanco: amarillo y violeta, azul y naranja o rojo y verde.
Pero atenerse a estas normas requiere un cierto tino:
– El efecto revitalizante de la combinación de colores vale para toda la gama cromática, pero para no equivocarte, más vale que evites los colores más violentos y recurras a tonos más suaves.
– No abuses de los contrastes; en una habitación pintada de amarillo, basta con pintar una puerta en lila para conseguir el efecto de contraste.
– Una sutil franja blanca entre dos colores complementarios, particularmente si son intensos, evitará que los dos colores se influencien.
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