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Somos instantes que vivimos como si fuéramos eternos [11-06-2020]

 

A través de la ventana, en la generosa porción de la bóveda celeste orientada hacia el sur de que puedo disfrutar, puedo apreciar cómo, en pocos días, Júpiter y Saturno han “adelantado” a la Luna. Apenas hace tres días todavía se situaban a su derecha, esta noche ya se divisaban a su izquierda.

 

Es un “síntoma” de la velocidad del paso del tiempo, el tiempo es movimiento, todo está en constante fluir, incluso este planeta que es nuestro hogar se desplaza, aunque no lo apreciemos, a algo más de 100.000 km/h alrededor del Sol.

 

Realmente somos meros instantes, pequeños momentos, mínimas fracciones fugaces de universo. Minúsculos pasajeros del tiempo vestidos con trajes elaborados por sucesiones de recuerdos. Pretenciosos seres diminutos en una fracción de mundo donde instalamos nuestras vidas como si fueran a ser para siempre, pero lo único cierto es que somos huellas en la arena del tiempo borradas con inmediatez por las olas del mar de la eternidad.

 

A veces nos empeñamos en vivir instalados en el cuento de aquello que nos hiere, en el lamento de lo que nos falta, en el olvido de lo que tenemos, dejando escapar el tiempo entre los dedos como arena de playa, sin pensar que nada es eterno, ni lo que amamos, ni lo que nos hiere, ni lo que poseemos, ni lo que anhelamos. Sin pensar que en realidad somos una pequeña sucesión de momentos.

 

En la actualidad, esta sociedad en general, quiere todo al momento, todo rápido. Todo pasa, poco se disfruta, no hay lugar para el respiro. Es el mundo de la comida rápida, de las citas exprés, de la agenda repleta a la que le faltan horas. Como agitados locos que no saben vivir el momento, yendo deprisa sin levantar la vista del suelo…o del móvil, corriendo en lugar de paseando, dejamos que el tiempo se nos escape en lugar de vivir consciente el momento.

 

Se ha perdido la perspectiva del valor del tiempo, del placer de las cosas sencillas. Somos instantes que vivimos como si fuéramos eternos, somos instantes que no disfrutan de lo que tenemos alrededor a cada momento, somos instantes que se comportan como si ya hubiera tiempo para disfrutar de lo bueno cuando, en realidad, nos lo estamos perdiendo.

 

Pero es posible que podamos recordarnos que si somos instantes, lo mejor será vivirlos con plenitud, sin miedo, eligiendo como y con quien pasar esos momentos. Que todo pasa, que todo cambia, que todo se puede modificar. Podemos decidir cómo vivir nuestras propias situaciones, tanto buenas como malas. Podemos disfrutar de cada momento sin que se nos escape y a la vez escapar del sufrimiento sin que nos atrape, aceptando ambos en su justa medida. Podemos decidir como pasar cada instante, como colorear los recuerdos, como aceptar el momento. Podemos decidir moldear nuestro presente, vivir nuestra vida, disfrutar de cada paso.

 

Solo nosotros mismos, cuando se acerque nuestro final, podemos evitar acabar pidiendo “tiempo” al tiempo por echar de menos aquello que dejamos de hacer, de besar, de abrazar, de disfrutar, de aprender, de…

 

Cada segundo cuenta, cada minuto que pasa es irrecuperable, no conviene malgastar el tiempo, es mejor vivir sin mirar atrás.

O vivimos plenamente o acabaremos arrepintiéndonos.

 

De pronto amanece, ¡COMO PASA EL TIEMPO!

 

Buen día a tod@s!!!

 

Os quiero Bandid@s!!!

“Todos existimos, pero solo por un corto tiempo, y en ese tiempo no exploramos si no una pequeña parte del universo entero.” Stephen Hawking

Aquí os dejo con “The Morning After The Night Before” de Courtney Pine…un poquito de “melow jazz” del bueno para desayunar…para comenzar con calma la mañana…siempre hay tiempo para un poquito de buena música.. ¿o no?

el-pinche-feliz

Aquí a diario Mis Gastrotapasdesde la “Oronja Home”
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