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Actuar desde el equilibrio, fluir con los acontecimientos [06-07-2020]

 

Ecuanimidad, que preciosa palabra y que denostado concepto. La ecuanimidad, sinónimo de justicia e imparcialidad, de equilibrio y constancia, de estabilidad imperturbable.

 

La ecuanimidad resulta complicada, incluso llega a estar mal vista, porque requiere no suponer, no anticipar, no reaccionar. Para practicarla necesitamos adoptar una particular postura ante la realidad. Para empezar librarnos de las reacciones viscerales, automáticas, de todas las conductas adquiridas o heredadas que ya no nos sirven. Debemos librarnos del pasado y sus juicios, debemos abandonar la anticipación del futuro, debemos alejarnos de la angustia infundada, debemos dejar de vagar por el tiempo, de esperar nada concreto. Hay que volver al presente.

 

Hay que ser observadores de nuestra propia realidad, evitando la reacción del autómata, la reacción excesiva y obsesiva, las acciones irracionales surgidas como simple respuesta. No todo requiere reacción por nuestra parte. Es mejor observar sin juicios, es mejor escoger las acciones, es mejor tratar de ser imparciales, es mejor aceptar que el cambio, como el tiempo, es lo único constante.

 

La ecuanimidad no se trata de indiferencia ni de frialdad, muy al contrario, nos permite descubrir lo poco importante para no prestarle atención. Nos deja ver lo que ocurre, equilibrados, con la mente clara.

 

No es pasividad, no es inmovilidad, no es una deriva ante lo que traiga la vida. Es dejar ir, es actuar desde el equilibrio, es ser conscientes de que todo pasa, de que todo cambia, de que debemos fluir con lo acontecimientos.

 

La ecuanimidad es hija de la consciencia y el conocimiento, es la transformación de la perturbadora emoción en simple sensación, es la compostura mental que no se ve perturbada por la mala experiencia, es la asunción de lo inevitable sin la turbación del ánimo, es la tijera que poda el exceso de euforia, es uno de los pilares de la paz interior, es la quietud mental de calma radiante, es presencia en la realidad cambiante.

 

Es una sabia consejera a la que deberíamos escuchar.

 

Buen día a tod@s!!!

Os quiero Bandid@s!!!

“Aún una vida feliz no es factible sin una medida de oscuridad, y la palabra felicidad perdería su sentido si no estuviera balanceada con la tristeza. Es mucho mejor tomar las cosas como vienen, con paciencia y ecuanimidad” C.G. Jung

La ecuanimidad requiere templanza y calma…pues ahí os dejo una delicia…de una sola guitarra…para que más!!! Ya suena… “Nubes” de Luis Salinas…a dejarse llevar como las etéreas y algodonadas nubes…

el-pinche-feliz

Aquí a diario Mis Gastrotapasdesde la “Oronja Home”
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