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Aunque la imagen que todos tenemos de un niño superdotado es la de un pequeño que lee perfectamente o toca e violín con sólo cuatro años, lo cierto es que a pesar de su inteligencia excepcional no todos demuestran esos rasgos “geniales”.

Sin embargo, los expertos están de acuerdo en que todos poseen rasgos peculiares que los distinguen del resto de los pequeños.

No siempre es fácil educar y tratar a un niño más inteligente de lo normal, la escuela y sobre todo la familia, desempeñan un papel esencial en su desarrollo.

¿Superdotado o muy inteligente?

El 2 por ciento de la población española es superdotada pero esta cifra puede variar, pues en muchos niños no es fácil establecer si se trata de superdotación o de un niño precoz o con un cociente intelectual elevado.

El límite es muy difuso, y para la mayoría de los expertos está claro que el valor del cociente intelectual (CI) no es el único parámetro a tener en cuenta.

La Organización Mundial de la Salud considerada superdotadas a aquellas personas con un cociente intelectual por encima de 130. Para determinar esta cifra existen muchos test que se aplican según la edad y se completan con otro tipo de pruebas.

Hoy sabemos que las pruebas que se realizan para conocer el nivel intelectual de los pequeños están muy condicionadas por aspectos externos; de hecho, los niños que mejor puntuación obtienen son también los que más estimulación han recibido en su familia.

Los factores familiares, socioambientales y escolares son fundamentales para el desarrollo de una alta capacidad.

Algunos indicios:

Antes de decidir realizar este tipo de pruebas, es posible que los padres sospechen que su hijo tienen una inteligencia superior a la media.

Desde muy pequeños, los niños superdotados suelen tener una serie de rasgos típicos entre los que destacamos los siguientes.

  • Tienen gran facilidad para la adquisición del lenguaje y manejan desde muy pequeños un gran vocabulario.
  • Aprenden muy rápido y tienen una excelente memoria para las cosas que les interesan.
  • Suelen empezar a leer muy pronto (a los tres o cuatro años) y con poca o ninguna ayuda.
  • Son muy curiosos y preguntan constantemente.
  • Tienen muchos intereses muy variados, pero a veces se centran en uno y le dedican gran parte de su tiempo y atención.
  • Son muy creativos e imaginativos.
  • Pueden ser inconformistas y muy desobedientes.
  • Tienen una gran capacidad de trabajo. Dedican una gran cantidad de energía a resolver un problema concreto o a una actividad específica.
  • Tienen gran sentido del humor, pero también son niños excesivamente autocríticos.

¿Crees que es tu hijo superdotado?

Cómo debemos actuar:

Aunque se cree que existe un componente hereditario, las capacidades innatas se convierten en superdotación si son debidamente desarrolladas.

En ese desarrollo, el papel de los padres es muy importante sobre todo durante los primeros años.

Sin embargo, no es fácil educar a un niño así. Es muy frecuente que los superdotados razonen y participen como adultos en determinadas conversaciones y, a veces, esta precocidad les hace ser rebeldes y no respetar muchas de las decisiones de los adultos sencillamente porque no las encuentran razonables.

Un superdotado es un niño como otro cualquiera pero con unas necesidades educativas diferentes que deben atenderse de forma adecuada.

Lo mejor es “fomentar sin forzar” y ofrecer la información que vaya pidiendo, no agobiándole con muchas clases extraescolares o actividades que puedan aturdirle.

Es bueno que tengan contacto regularmente con otros de sus mismas características para que no se sientan aislados o muy diferentes a los demás niños.

No siempre son los primeros

No todos los superdotados son buenos estudiantes. De echo, el 66 por ciento tiene bajo rendimiento escolar y en algunos casos llega al fracaso, normalmente porque las clases no se adecuan al nivel de estos niños y es frecuente que se aburran al no encontrar recursos necesario para desarrollas sus capacidades.

El resultado es que muchas veces se portan mal o se muestran rebeldes, incordian los compañeros y desobedecen a sus profesores.

En España, el sistema educativo propone unas líneas de actuación basadas en la adaptación curricular pero no se han extendido los centros especializados.

Los alumnos pueden adelantar un año de Primaria y otro año de Secundaria y pueden beneficiarse de las adaptaciones curriculares: cuando terminan las actividades de pueden realizar durante un tiempo otras específicas para que no se aburran o molesten a los compañeros.

La mayoría de los expertos están de acuerdo en que no es necesario crear centros educativos especiales para niños superdotados pues no es aconsejable desde un punto de vista psicosocial al menos hasta los 12 o 13 años, cuando los niños ya están socializados.

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