Si eres conductor/a, evita en lo posible que las calles y carreteras se conviertan en una jungla totalmente despersonalizada. Un breve gesto, una mirada acompañada de una sonrisa simpática crea una atmósfera agradable. Y cuando alguien te cede el paso o se comporta contigo de forma cortés, no olvides de alzar la mano en señal de reconocimiento.
Por seguro/a que te sientas de tus reflejos y de tus habilidades, por grande que sea el placer que experimentas al volante de tu coche o al manillar de tu moto, si vas acompañada/o, nada te autoriza a suponer que tus acompañantes comparten tu seguridad y tus gustos.
Interésate, pues, por sus preferencias en cuanto a velocidad y forma de viajar, y ajústate a ellas. Ten presente que son tus invitados y que si los invitas no es para hacerles pasar un mal rato