– Hace mucho tiempo que siento curiosidad por los temas relacionados con las vidas anteriores, y nuestra misión en la vida actual.
En esta búsqueda he tenido que balancear la educación y las costumbres en que fui criado, con las nuevas experiencias vividas.
Desde la infancia, muchas veces sentía como si mi vida no se estuviera desenvolviendo en el lugar correcto, y a pesar de tener todo lo que me llenaba de alegría, como son unos padres maravillosos y buenos hermanos y amigos.
A menudo, mientras caminaba solo por las calles de mi pueblo, sentía en mi rostro como un aire suave que me llenaba de optimismo y me impulsaba a continuar con mi vida, a pesar de esa sensación de “estar fuera de sitio”.
Con el paso del tiempo, y después de haber concluido mis estudios y de tener constituida una familia, me propuse orar mas, y pedir guía y orientación, pues esa extraña sensación de tener que hacer algo, que no sabía que era, no me abandonaba.
Así fue que, casi sin darme cuenta, empecé a recibir noticias del extranjero (de parientes lejanos), y en pocos meses emigré de mi país solo, para reunirme más tarde con mi esposa e hija. Ahora, a pesar de estar en un proceso de adaptación y cambios de idiosincracias y culturas, me siento tranquilo; y sobre todo, que estoy haciendo lo que debo hacer.
Nunca he aprobado ninguna teoría relacionada con fanatismos o ataduras ideológicas, pero toda la vida he creido fielmente en Dios, y en el poder que tiene el hacer el bien a quien lo necesite, así como reconocer todos nuestros errores y defectos.
Cuando abrimos nuestros corazones, y nos dejamos guiar, la vida se nos hace agradable, fácil y llevadera, pues estamos cumpliendo con nuestra misión en esta vida.