Un antiguo proverbio asegura que somos lo que comemos.
Por ello, cuando se escatima la cantidad y calidad de los nutrientes que necesita el organismo, la respuesta es la enfermedad, cansancio y apatía.
Recientes investigaciones demuestran que la dieta es un factor crucial en el estado de ánimo de las personas.
El malestar general que se siente ante una temporada de nefastos hábitos alimenticios es la manera que tiene el organismo de llamar la atención. Y es que una nutrición deficiente produce en el cerebro ciertos desequilibrios químicos que se traducen en alteraciones del estado de ánimo y tendencia a la irritabilidad.
Sin embargo, de la misma forma que una dieta nutricionalmente deficiente puede ocasionar o agravar una depresión, también existen alimentos que consiguen levantar el ánimo sin son consumidos de forma habitual.
Nutrición mental
Hay tres cosas que el sistema nerviosos necesita para funcionar correctamente; la única precaución que se debe tener es ingerirlo en dosis razonables. Se trata de los aminoácidos, los minerales y los carbohidratos que combinados constituyen la mejor medicina preventiva para el buen funcionamiento del cerebro.
Los aminoácidos forman parte de las proteínas y que se distribuyen por todo el cuerpo. Su llegada al organismo no pasa desapercibida, pues cada vez que ocurre, el sistema endocrino se muestra entusiasta, eufórico y desbordante de energía, y el cerebro nota así su presencia.
El cuerpo se forma con los aminoácidos y procura conseguirlos cuando puede. Razón que explica por qué hay tantos adictos a las menestras, lácteos y huevos que son una de las mayores fuentes de aminoácidos.
Los minerales son también sustancias nutritivas importantes que se encuentran especialmente en los vegetales y frutas. Por su parte, los carbohidratos constituyen el combustible del cuerpo, energía.
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