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– Las valvas de las ostras constituyen un excelente material como drenaje de las macetas y, además, proporcionan a las plantas abonos naturales.

Añade a la tierra de la maceta posos de café mezclados con un poco de azúcar.

– Las macetas, con el tiempo, suelen coger mal aspecto por las manchas de cal que aparecen en su superficie. Una forma sencilla y ecológica de quitar estas manchas sin tener que recurrir a la química es frotándolas con un poco de arena fina.

– Si te molesta el aspecto nuevo y sin pátina que tienen las macetas de la terraza o el jardín, puedes hacer que se carguen aparentemente de años sin ninguna dificultad. No tienes más que pintarlas con yogur natural y verás cómo las paredes externas de las macetas se cubren en poco tiempo de musgo y algas. Este procedimiento puede servir lo mismo para las macetas de barro que para las de piedra u hormigón.

– Si vas a trasplantar a macetas nuevas, es aconsejable que antes de hacerlo las dejes sumergidas en agua durante unas horas. Si no lo hicieras así, la maceta absorbería el agua del primer riego, dejando a la planta sin una gota. Si los tiestos ya hubieran sido utilizados anteriormente, lávalos cuidadosamente con agua, eliminando cualquier residuo para evitar la posibilidad de que transmitan cualquier enfermedad a la planta que vas a instalar en ellos.

– Octubre es el mes adecuado para que sustituyas las macetas de azaleas, ciclámenes y otras plantas de interior de floración invernal por otras algo mayores. Elige preferentemente tiestos del tamaño inmediato superior, pues en macetas demasiado grandes la floración de estas plantas sería menos abundante. Una forma de mejorar sensiblemente la oxigenación de las raíces y regularizar la circulación del agua consiste en añadir a la tierra unos trocitos minúsculos de porespan.

Hay quien cree que cuando compra una planta con maceta de plástico lo primero que tiene que hacer al volver a casa es trasplantarla. Y es una idea equivocada porque no hay ninguna diferencia entre el comportamiento de una planta cultivada en maceta de plástico y otra, de la misma especie, cultivada en maceta de terracota. Si éstas son porosas, lo que facilita la retención de humedad y la circulación del aire, las otras van provistas de orificios que cumplen la misma función. Las ventajas de la terracota son puramente estéticas. La maceta de plástico, en cambio, es más resistente y su neutralidad química es perfecta.

– Para evitar la aparición de manchas blancas en la en lugar de echar la tierra directamente en la maceta, échala en una bolsa de plástico ‑ las de basura sirven. Y luego la bolsa en la maceta. Antes de meterla en ella, efectúa unos agujeros para el drenaje y, una vez llena de tierra, recorta con unas tijeras la parte de plástico que sobre en la boca de la maceta.

– Los efectos del sol sobre macetas de plástico negro pueden ser muy perjudiciales para las raíces de las plantas, e incluso llegar a producirles quemaduras graves. Si no tienes alternativa de transplantarlas, envuelve las macetas en papel de diario para atenuar un poco los efectos del sol.

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