– Si ha neveado, no camines siempre por el mismo sitio. La nieve es un excelente aislante térmico, pero comprimida se convierte en hielo.
– Si el tiempo es húmedeo, siega la hierba con frecuencia; será menos densa y más fácil de segar.
– Cada vez que siegues no debes quitar más de una tercera parte de la altura que tenga la hierba.
– Antes de segar el césped es conveniente pasar el rastrillo para recoger las ramas, piedras, etc. que podrían dañar las cuchillas.
– Las necesidades de riego del césped oscilan en torno a los 15 litros/metro cuadrado por semana.
– Si quieres cortar el césped sin que se pegue a las cuchillas del cortacéspedes, engrasa éstas con un poco de aceite.
– El césped recién segado es un abono formidable para las plantas del jardín. Vacía el contenedor del cortacéspedes y forma un montón de unos 15 cm. de altura, como máximo. Dale un par de vueltas para que se seque bien. Rastrilla ligeramente el terreno junto a la base de las plantas y arranca las malas hierbas. Distribuye la hierba cortada en un espesor de 5 cm. Esta alfombra de césped proporcionará a las plantas la humedad necesaria e impedirá la germinación de malas hierbas.
– Su riego exige poca agua, pero de forma continuada. Al tener sólo 5 cm. de raíz, el agua que penetre más allá se desaprovecha.