– Facilita las cosas introduciendo un poco de orden en el trabajo:
– Haz la limpieza cuando estés completamente sola en casa y nadie te pueda incordiar.
– Si no puedes hacerlo todo de vez, deja una pieza, por ejemplo, el baño, para otro día.
– Procúrate un buen ambiente de trabajo: ponte una buena música o la radio o alégrate el trabajo con unas golosinas.
– Enfréntate el trabajo con espíritu deportivo: ten en cuenta que 1/2 hora de quitar el polvo representa quemar 80 calorías; limpiar los cristales, 100 y hacer las camas, 50.
– Empieza la limpieza de una habitación siempre por el techo y acaba fregando el suelo.
– Aplica el programa de limpieza a todas las habitaciones, por ejemplo, quita el polvo a todas a la vez.
– Utiliza sólo productos que te inspiren confianza.
– Al acabar la limpieza, prémiate con unas flores, unos bombones o una copa de cava.