– Si no tienes arcilla en casa para modelar, recurre a la pasta de sal.
Las proporciones de mezcla son las siguientes:
1 volumen de sal por 2 de harina y 3/4 de agua.
Mezcla la sal y la harina y ve añadiendo el agua poco a poco hasta la obtención de una pasta firme y elástica que no se pegue a las manos.
Esta pasta es perfecta para el modelado y se puede incluso pintar luego, una vez cocida en el horno a temperatura suave.
Si te sobra, no te apures: puedes guardarla varios días en la nevera envuelta en papel plástico.