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– Las perlas requieren un trato muy delicado para evitar perjudicar su sensible capa de nácar.

Llévalas lo más a menudo posible, pues el contacto con tu piel les proporcionará un brillo inimitable.

En cambio, la laca del pelo, el perfume y la luz solar las ponen mates enseguida.

Por esto es conveniente que al quitártelas las limpies siempre con un paño seco y, de cuando en cuando, con el paño húmedo para quitarles eventuales restos de perfumes y grasa.

También es aconsejable hacer pasar el collar por el joyero una vez al año para que el hilo no se te rompa; igualmente el joyero puede darles un baño profesional de limpieza.

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