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– Envuelve la botella de agua fría en un paño húmedo y luego en papel de aluminio. El agua se conservará fría.

– Para acelerar el punto de ebullición del agua, añádele sal gorda cuando la pongas al fuego.

– Al poner agua a hervir no dejes dentro un cubierto porque retrasará la ebullición.

– Las manchas de agua en muebles encerados desaparecen si se frotan con vaselina.

– El agua hervida quita las manchas de fruta.

– Puedes solventar de urgencia un escape de agua en una tubería tapando el agujero con un chiclé ablandado.

– Si los zapatos te aprietan, ponlos en un colador sobre una olla de agua hirviendo. Póntelos luego y camina con ellos.

– Los ruedos dejados por el agua desaparecen con unos copos de detergente para lavavajillas.

– Un tapón de corcho demasiado ancho para la boca de una botella se contraerá y podrás usarlo si lo pones en agua hirviendo.

– Para recuperar un cuero endurecido, frótalo con una mezcla de agua caliente (1/2), aceite común (1/4), jabón disuelto (1/4).

– Para que el agua del depósito del water no se hiele en tu casa de campo, antes de irte, echa un vaso del anticongelante del coche.

– Pese a su gusto, no siempre satisfactorio, el agua que sale por nuestros grifos es potable. Sin embargo, una larga estancia en las tuberías puede alterarla. Por esto:

a) Deja correr un poco de agua antes de cogerla para beber.

b) Si tienes un descalcificador, filtro o similar, límpialo con regularidad para evitar el desarrollo de bacterias.

c) Evita utilizar agua caliente del grifo para prepararte una bebida instantánea, un café, por ejemplo, puesto que el calor favorece el desarrollo microbiano. Más vale que cojas agua fría y la calientes.

– Para evitar estancamientos y garantizar la potabilidad es conveniente abrir periódicamente todos los grifos.

– Deja correr el agua un rato cuando sale del grifo antes de beberla para evitar una eventual acumulación de bacterias en la red.

– Cuando abras el agua caliente de la ducha, después de haber estado cerrada durante una temporada, conviene dejarla correr cinco minutos para que se airee y evitar así la posible acumulación de legionella, causante de neumonía.

– Ten en cuenta que esta bacteria prolifera en los termos, depósitos y alcachofas de las duchas, y se transmite con el vapor de agua

– Limpia periódicamente los difusores de los grifos sumergiéndolos en vinagre.

– La costumbre de dejar el agua en la nevera para que pierda el sabor a cloro tiene el inconveniente de que cuando el cloro se evapora el agua resulta más susceptible de liberar bacterias.

– No se recomienda el uso de filtros de agua domésticos, pues si bien eliminan el cloro, las bacterias se acumulan en un segundo filtro, lo que constituye un riesgo.

– No uses el agua caliente de la red para cocinar. Las altas temperaturas facilitan la proliferación de bacterias.

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