UA

Si tienes la desgracia de romper un objeto en la casa en la que estás invitada, no se te ocurra preguntar su precio para pagarlo. Intenta, eso sí, averiguar discretamente dónde se compró para reponerlo.

La discreción en estos casos es esencial, porque la anfitriona debe negarse a facilitarte el dato si tu pregunta evidencia con demasiada claridad tu intención.

Si desgraciadamente se tratara de una pérdida irreparable, trata de reemplazarla por un objeto similar, y, de no ser posible, envía un ramo de flores o unos bombones junto con unas palabras de excusa.

Lo mismo debe hacerse en el caso del libro prestado y extraviado.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA