– La forma más sencilla de limpiarlos es la siguiente: coge una aguja de coser y enhébrala con hilo de algodón.
Pasa la aguja varias veces por cada orificio y retira con un pañito la suciedad que se haya adherido al hilo a cada pasada.
De esta manera la aguja permanecerá limpia y los agujeros también.