– Con frecuencia, al sentarse o al arreglar los cojines del sofá, se le empuja sin querer contra la pared, lo que acaba por dejar secuelas en forma de peladuras en el papel o la pintura, cuando no en el enyesado, de la pared.
Para evitar estos inconvenientes, separa el sofá de la pared y deja un par de dedos de distancia entre el respaldo y la pared.
Toma medidas de la distancia que separa las patas traseras del sofá del zócalo de la pared, estando el sofá en esta posición ideal, y corta unas piezas de madera de esa misma longitud.
Las pones entre las patas traseras del sofá y el zócalo y de esta manera evitarás que el sofá pueda recular por empujones que le den.
Así salvarás la pared de sus agresiones.