– Cuando vayas a elegir un maquillaje de fondo, aplícate un toque directamente a la cara, ya que en otras partes del cuerpo el color de la piel no es exactamente el mismo.
– Escoge siempre un semitono más claro que el de tu cara: un maquillaje de fondo se vuelve más oscuro a lo largo del día, nunca más claro.
– Con un dedo, aplícate un trazo sobre la frente, la mejilla o el mentón, sin esparcirlo, y comprueba ante el espejo que la tonalidad case bien con la de tu cara.
– Evita los maquillajes de tonos oscuros, ya que suelen formar zonas más claras, lo que tiende a dar apariencia de máscara a la cara. Para pieles claras, el tono beige claro es el más adecuado; si la tonalidad de tu piel es rosada, manténte en esa misma gama de los rosas; las pieles de tonos oliváceos quedan muy bien con suaves tonos oro/beige.