– No fricciones el cuero cabelludo ni los cabellos en todas direcciones ni con demasiada energía. Corres el peligro de provocar una secreción sebácea reaccional y de romper las escamas.
– Masajea con las yemas de los dedos, sobre todo en la cima del cráneo y en las sienes. Añade agua poco a poco y emulsiona generosamente.