Los mejores sorbetes se consiguen con zumo o puré de frutas frescas, jugosas (cítricos, fresas, frambuesas, melones, piñas, etc) y almíbar.
Puedes exprimir la fruta para obtener su zumo o triturar la fruta entera para preparar el sorbete. Si resultara demasiado espeso, añade un poco de agua.
Una vez lista la preparación, ponla en un recipiente metálico con tapa y mételo en el congelador. Cuando empiece a congelarse en el fondo y las paredes del recipiente, quedando todavía líquido el centro, es el momento de mezclarlo, a mano o con una batidora eléctrica. Devuélvelo al congelador.