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Es una buena alternativa para lucir un buen tono de piel aunque no se exponga directamente a los rayos ultravioleta. Basta con aplicarse un par de veces a la semana -de manera pareja- un buen producto autobronceante y, sin salir de su casa, la tarea ya está hecha.

Ahora que los rayos solares se hacen más notorios, que la capa de ozono sigue debilitándose y que, a pesar de ello, las pieles blancas buscan un poco de color mate, es necesario informarse sobre alternativas estéticas más saludables que la simple exposición directa a los dañinos rayos ultravioleta.

El autobronceado es una de ellas. El mundo de la cosmética tiene una amplia gama de productos destinados a oscurecer cuerpos sin necesidad de ponerse de cara al sol. Sólo hay que saber aplicarlos y tener claro que pasó la moda de la palidez enfermiza y, con mayor razón, aquella en la que exigía exhibirse bronceada durante todo el verano.

Tonos cálidos y tostados suaves son posibles gracias al DHA que contienen los autobronceantes. Se trata de un agente que, al contacto con los aminoácidos de la piel, logra teñirla fácilmente. Tampoco debería haber riesgos —a no ser que haya problemas dermatológicos— puesto los elementos sólo llegan a las capas superiores de la epidermis.

Conviene, eso sí, someter a la piel a una exfoliación antes de utilizarlo, ya sea con un producto especial para ello o masajeando el cuerpo con un guante de crin. De esta manera, se eliminan células muertas y rugosidades que pueden provocar, más tarde, una mala mezcla de manchas blancas con piel tostada. Es también importante aplicar el producto con rapidez y de forma uniforme hasta que la piel lo absorba.

Dicen que lo ideal es comenzar por los pies y terminar con el cuello y rostro. Nunca usarlo en codos, rodillas y plantas del pie. Una vez que está terminado el autobronceado, es recomendable no vestirse hasta pasados 15 minutos y esperar una media hora antes de bañarse.

En todo caso, el efecto del autobronceante nunca es igual para todos. Es sabido que las pieles más suaves son más sensibles siempre a cualquier tipo de bronceado. Pero lo habitual es que la epidermis adquiera color dorado después de haber transcurrido un par de horas desde la aplicación del producto. Ahora, si se quiere mantener el tono adquirido, es necesario repetir la rutina hasta tres veces por semana.

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