Casi todos los cuidados y tratamientos que necesita el pelo pueden ser realizados en casa, incluso con elementos utilizados diariamente en la cocina (como la palta y el aceite de oliva) que satisfacen las necesidades más importantes: nutrir y humectar.
Antes de aplicarlos, eso sí, el cabello debe estar húmedo y recién lavado, pues de esa manera se permite la mejor penetración de los principios activos. Y en esto corre el mismo requisito del shampoo: cada tipo de pelo necesita ciertos elementos específicos y no otros.
Pelo Seco
El pelo puede ser tratado con masajes de aceite de oliva, almendra o coco. La cabeza debe envolverse con una toalla caliente para que impregne cada hebra (en las puntas) y luego hay que enjuagar.
Un preparado muy nutritivo puede hacerse de la siguiente manera:
1. Bata dos claras de huevo y agregue una cucharadita de glicerina líquida y otra de aceite de oliva.
2. Debe aplicar con masaje, tal como si fuera un acondicionador después de lavar el pelo.
3. Cubra con papel plástico adherente o con una toalla húmeda y caliente.
4. Mantenga unos 20 minutos y luego enjuague.
Otra posibilidad para combatir la sequedad es batir una clara a nieve, agregar una cucharada de jugo de membrillo, una de pepinos y otra de palta hecha puré. Realice el mismo procedimiento ya señalado.
Pelo Graso
En el caso del pelo graso, los tratamientos no son en base a aceites y bálsamos, sino a productos astringentes. Resulta muy efectiva la mezcla de un vaso de jugo de naranjas recién exprimidas, uno de agua de rosas, una cucharada de vinagre y otra de alcohol. Se hierve a baño maría y se aplica sobre el pelo húmedo y limpio, para después enjuagar con abundante agua tibia.
Caída del cabello
La caída del cabello es un problema bastante común. En parte, este mal se debe a manejos inadecuados, como por ejemplo, lavados muy vigorosos bajo el potente chorro de la ducha, como hacen muchas mujeres. Otras también lo cepillan en forma demasiado enérgica y, lo que es peor, cuando aún está mojado. Algunas líneas de belleza tienen una serie de productos científicamente formulados y de altísima calidad, los que ayudan a combatir la pérdida de cabello.
Pero en casa también se puede hacer algo: si durante dos semanas antes de acostarse frota el pelo con partes iguales de jugo de limón y de cebolla, y en la mañana enjuaga, se fortalecerá. Otra fórmula que, además de evitar la caída actúa como suavizante, se consigue mezclando dos cucharadas de miel líquida, dos de aceite de jojoba y cuatro de puré de palta. Se lleva a baño maría hasta conseguir una pasta homogénea y luego se aplica en el pelo húmedo durante 20 minutos. Finalmente se lava como de costumbre.
En el Gabinete
-Decoloración: Es más bien negativa pues elimina progresivamente los pigmentos responsables del color natural. Además, como el proceso actúa por oxidación, si el tratamiento resulta mal hecho o si se realiza sobre cabellos débiles o dañados, los reseca y pone más ásperos.
-Tintura: Sólo debe ser realizada con los productos apropiados y sin dejarlos por más tiempo del recomendado. De esa manera, incluso pueden actuar como protectores de las fibras capilares.
Ojo con el verano
Si tiene tendencia a las puntas partidas no hay más solución que cortarlas, aplicar tratamientos proteínicos en las puntas y retocar cada dos meses. En el verano conviene no exponerlo con exceso al sol ni mojarlo con agua de mar, porque ambas prácticas lo debilitan.
Si lo hace, humedézcalo antes, cubrálo con un pañuelo o hágase un moño. Previamente aplique un tratamiento que se mantendrá durante toda la jornada. También conviene aumentar las dosis de bálsamo para las puntas, en cada lavado.
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